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Imagen Augusto Hernando Rosero Quistial
“Hace más de 60 años me dedico a este oficio”

Nuestros Empresarios

Augusto Hernando Rosero Quistial

Elaboración de calzado en cuero
Ipiales

Comencé en este oficio cuando tenía 8 años. Vivía en Pasto y otras personas me contrataban. A los 12 años ya había aprendido a elaborar el calzado, comencé a trabajar por mi cuenta y me trasladé a Ipiales. Desde entonces no he dejado de hacerlo. Mis primeros trabajos fueron de calzado en llanta. Luego llegaron las máquinas cosedoras y con ellas la competencia. Hoy, a mis 72 años y con el apoyo del Banco W, he salido adelante y estoy “de primera”.

Fabricamos zapatos ortopédicos, deportivos y guayos de fútbol en puro cuero; calzado en carnaza; para niños, damas y caballeros, por pedidos al por mayor o por encargos individuales. También reparamos. Dos de mis hijos varones trabajan conmigo y manejamos el taller en mi casa, donde vivo con mi esposa, en el barrio Sagrado Corazón de Jesús.

Hace ocho años cuento con el Banco W y siempre me prestan lo que necesito, así puedo comprar el material para cumplir con los pedidos en cualquier momento.

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“Hace más de 60 años me dedico a este oficio”

Nuestros Empresarios

Augusto Hernando Rosero Quistial

Elaboración de calzado en cuero
Ipiales

Comencé en este oficio cuando tenía 8 años. Vivía en Pasto y otras personas me contrataban. A los 12 años ya había aprendido a elaborar el calzado, comencé a trabajar por mi cuenta y me trasladé a Ipiales. Desde entonces no he dejado de hacerlo. Mis primeros trabajos fueron de calzado en llanta. Luego llegaron las máquinas cosedoras y con ellas la competencia. Hoy, a mis 72 años y con el apoyo del Banco W, he salido adelante y estoy “de primera”.

Fabricamos zapatos ortopédicos, deportivos y guayos de fútbol en puro cuero; calzado en carnaza; para niños, damas y caballeros, por pedidos al por mayor o por encargos individuales. También reparamos. Dos de mis hijos varones trabajan conmigo y manejamos el taller en mi casa, donde vivo con mi esposa, en el barrio Sagrado Corazón de Jesús.

Hace ocho años cuento con el Banco W y siempre me prestan lo que necesito, así puedo comprar el material para cumplir con los pedidos en cualquier momento.